El plástico es uno de los materiales más contaminantes de nuestro planeta. Según datos ofrecidos por Greenpeace, hasta 12 millones de toneladas son arrastradas por nuestros mares y océanos. Kilos y kilos de plásticos que tardan en desaparecer siglos. De hecho, un simple envase de yogurt no se descompone hasta pasados unos 400 años aproximadamente… pero ¿y si existiese una enzima que reduce los residuos plásticos?
La contaminación por residuos plásticos es uno de los principales problemas medioambientales en la actualidad. En el mundo se vierten 8 millones de toneladas de plástico cada año. O, lo que es lo mismo, se vierte un camión de basura lleno de plásticos cada minuto. Los plásticos cubren buena parte del planeta. Ya no solo afectan a los mares sino también la salud de los ecosistemas acuáticos y la supervivencia de todas las especies que habitan en él.
Durante los últimos cinco años se ha descubierto no solo una enzima que reduce los residuos plásticos, sino varias. Un ejemplo es el PET, que se usa para todo, desde las botellas hasta envases diversos. En 2016 unos científicos japoneses ya descubrieron una bacteria que acababa con los plásticos PET. Utilizaban enzimas para descomponerlos en tan solo unas semanas.
Pero los investigadores de la Universidad de Portsmouth han conseguido diseñar una nueva versión mucho más eficaz. Se trata de una enzima que reduce los residuos plásticos y que se ha convertido en la nueva esperanza para acabar con la contaminación.
Un estudio dirigido por el Centro de Innovación Enzimática (CEI) ha sido el que ha descubierto un método efectivo para terminar con los plásticos sintéticos de una forma efectiva. Además de recudir el impacto que estos materiales tienen en el medioambiente. De hecho, ya en 2020 combinaron una enzima llamada PETasa con otra denominada MHETasa para formar una especie de superenzima que digiriese los plásticos PET a una velocidad seis veces mayor.
¿Es posible un mundo sin residuos plásticos?
Como ya se ha mencionado, el plástico es un problema muy grave de contaminación en nuestro planeta. La fauna que vive en los mares muere al ingerir el plástico o al quedar enganchado en él. Estos residuos se convierten en una trampa mortal para los animales acuáticos.
La enzima PETasa reduce los cientos de años de descomposición del plástico a días. A pesar de ello, no tiene la suficiente efectividad como para que se convierta en un elemento comercialmente viable.
No obstante, el equipo de investigadores, responsables de la unión entre la enzima MHETasa y PETasa, consideran que, si se logra una descomposición del plástico tan rápida, es posible que se adaptase como medida para reciclar el plástico existente en el planeta. Además, no requiere de grandes cantidades de energía ni desprende gases que puedan considerarse contaminantes. Por lo tanto, sería una buena alternativa ecológica para acabar con los plásticos de forma definitiva.
Debemos recordar que la salud de nuestro planeta también depende de nuestras acciones. De los seres humanos depende que la contaminación pare. Tenemos que tomar medidas eficaces que ayuden a frenar este problema. Técnicas sencillas y fáciles como el reciclaje que no implican una gran pérdida de tiempo. Es decir, con pequeños actos conseguimos dar grandes pasos para lograr beneficios.