A estas alturas es posible que a nadie le haya que repetir que tiene que cerrar el agua cuando se jabona en la ducha porque produce un gasto innecesario. Pero ducharse y ser zero waste implica un poco más de esfuerzo.
Para darse cuenta de la cantidad de deshechos que generamos al ducharnos es tan sencillo como ir al baño y contar los botes y productos de plástico de un solo uso que tenemos: un champú, un acondicionador, la mascarilla, el gel, una esponja sintética, entre otros.
A lo mencionado anteriormente le hay que añadir las cremas hidratantes y el sinfín de productos de cuidado que cada cual tiene en su rutina.
Para todo ello existen alternativas mucho más respetuosas con el medio ambiente y que a la hora de la verdad no distan tanto de los productos que la mayoría compra en el supermercado, en la droguería o en la peluquería.
Las alternativas sin plástico para el aseo personal
- Apuesta por lo sólido
Aunque lo primero que se nos viene a la cabeza al hablar de productos sólidos son los jabones para el cuerpo y las manos. Sin embargo, hay champús e incluso acondicionadores que se pueden conseguir en tiendas como la mencionada en el vídeo, Sana Biocosmética. Otra alternativa y probablemente la más conocida y accesible en cuanto a puntos de venta físicos es Lush o amazon.
- El DIY es una opción
Youtube está lleno de recetas para productos zero waste relativamente sencillos y cuyos ingredientes se pueden comprar en herbolarios. Entre los productos con los que podemos experimentar están las cremas hidratantes y los perfumes.
Una de las grandes ventajas del DIY en la cosmética es que sabemos qué nos echamos en la piel y podemos optar por ingredientes naturales. También da la opción a ajustar exactamente los aromas al gusto de cada uno y la fórmula más cómoda, ya que hay recetas de productos tanto sólidos como líquidos.
Aunque requiera paciencia y algo de tiempo libre a la larga no solo se reduce los desechos, sino que sale más barato.
- Botes reutilizables de materiales que se pueden reciclar
En el mundo del DIY es lo habitual, puesto que cuando se acaba un producto se elabora de nuevo y se rellena el bote. Sin embargo, existen empresas que ofrecen envases de materiales duraderos como el aluminio y al terminar su producto se les reenvía los envases y los rellenan de modo que impulsan una economía circular.
- Las esponjas de origen natural son un mundo por descubrir
En la actualidad es sencillo encontrar esponjas naturales en tiendas físicas que pueden sustituir a las sintéticas y que además pueden cumplir con más funciones como la exfoliación. Entre las más comunes están la esponja marina, la luffa y la konjac.
Hay que ser consciente de que algunas de ellas están blanqueadas pero es por un tema de estética y luego están las konjac a las que se añade diversos ingredientes que aportan beneficios extra para la piel.
Tanto la luffa como la konjac son de origen vegetal. La primera es una especie de calabaza y la segunda está hecha de raíces. La esponja marina es de origen animal, por lo que no es una buena opción para los veganos o para quienes solo consumen productos libres de crueldad animal.
- Una piedra pómez mejor que una lima para las durezas
Las piedras pómez son de origen natural y su desgaste no supone la generación desechos plásticos como sucede con las limas específicas para las durezas de los pies que suelen tener un mango no biodegradable.
- Desmaquillantes reutilizables
Para limpiarnos la piel a diario podemos usar toallitas reutilizables de algodón y así evitar las de un solo uso. El uso responsable de nuetros recursos es el mejor ejercicio que podemos hacer cada día para cuidar del Planeta.