Sale del colegio para navegar en una tabla de remo a través de un sucio canal de Bangkok. Esa es Lilly y se dedica a la pesca de basura, en su misión por limpiar Tailandia. Un país donde una persona llega a usar diariamente unas ocho bolsas de plástico de promedio. A eso se le suma que este país asiático es el sexto que más desperdicios contaminantes aporta a los océanos del mundo.
“Soy una niña en guerra”, así dice Lilly, el sobrenombre detrás del que se esconde Ralyn Satidtanasarn , de doce años y que inspira a compañías y compatriotas en su lucha contra el cambio climático. La Greta Thunberg asiática, como ya muchos la denominan, se ha marcado como meta erradicar el plástico en Tailandia.
Nos remontamos al mes de junio, cuando esta adolescente de doble nacionalidad obtuvo su primera victoria: pudo ayudar a convencer a Central (una enorme cadena de tiendas) a que no siguiera distribuyendo bolsas plásticas de un solo uso en los supermercados de su cadena.
Esto ha traído como consecuencia que otras empresas radicadas en Tailandia, entre las que destaca 7-Eleven, se hayan comprometido a no distribuir esas bolsas a partir de enero de 2020.
Cuando los adultos no hacen nada, los niños tenemos que actuar
Mientras va acercándose a una bolsa atiborrada de botellas rotas y latas oxidadas, Lilly comenta: «Al principio pensé que era demasiado joven para militar, pero Greta [Thunberg] me dio confianza. Cuando los adultos no hacen nada, los niños tenemos que actuar”.
Ralyn Satidtanasarn no estuvo en New York al lado de la joven sueca que se ha convertido en el icono de la lucha contra el calentamiento global. Pero se manifestó en Bangkok y apuntó: «Mi lugar está aquí. La lucha debe librarse en el sudeste de Asia».
Son varios los países de esta región –Tailandia, Camboya, Filipinas, Malasia, Indonesia– los que están en contra de convertirse en el “basurero” de Occidente, por lo que han procedido a devolver contenedores llenos de plástico a sus países de origen.
De momento, las autoridades tailandesas buscan poner fin a la bolsa de un solo uso hacia 2022. Aunque no parece que esta medida sea suficiente en una zona donde el medio ambiente está atestado de plástico.
Siguiendo la línea del movimiento comenzado por Greta Thunberg, Lilly efectuó una ‘sentada’ ante la sede del gobierno, pidiendo una cita con el primer ministro Prayut Chan-O-Cha. Sin éxito.