Si algo aprendemos al iniciar una vida zero waste, es que estamos de cosas innecesarias, duplicadas y, algunas veces, dañinas.
Mira a tu alrededor y observa la cantidad de plástico que te rodea. Y, de todo ello, ¿cuánto realmente necesitas? Lo peor de todo es que está demostrado que el ser humano es capaz de destrozar todo aquello que toca. Y además hemos conseguido llevarlo al límite y hacer cosas absurdas, sin que nos cueste dinero.
Por menos de un euro llenamos los océanos de pajitas de plástico que hemos usado una única vez y que ahora flotan produciendo incluso la muerte de animales, como las famosas historias de las tortugas.
Por menos de un euro también somos capaces de hacer todos los recados en coche pero luego pagar un gimnasio para hacer al menos media o una hora de ejercicio físico. Ni siquiera alternativas más ecológicas como el transporte público nos resultan suficientes.
Por menos de un euro nos dan en establecimientos bolsas y envases para prácticamente todo que van a la papelera en cuestión de minutos: comida preparada, verduras, bebidas… todo está envuelto en ese plástico que tanto daño nos está ocasionando.
Por menos de un euro somos capaces de usar y tirar varios envases al día, prácticamente sin ser conscientes de ello: botellines de agua de plástico, envases de refrescos, vasos de café. Sustitúyelos por botellas reutilizables y vasos de silicona. Te sentirás mejor, ahorrarás y será un gesto a favor del medio ambiente, que otros pueden imitar.
¿Eres consciente de todo el daño que ocasionamos al entorno por menos de un euro?
