Plásticos biodegradables ¿de verdad se degradan?

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Plásticos biodegradables ¿de verdad se degradan?

Una investigación de Amigos de la Tierra ha analizado el impacto ambiental de los plásticos biodegradables y exige nuevas medidas que sirvan para controlar este tipo de etiquetas de envasado por generar confusión a los consumidores.

El plástico es uno de los principales problemas del medio ambiente. Entre 1950 y 2017 se han producido alrededor de 9.200 toneladas de plástico y todo eso acaba en vertederos o perdido por el medio ambiente.

El gran problema del plástico como principal contaminante ha puesto en el puesto de mira a la industria del envasado, que se intenta reinventar y transformar su imagen ya que el 40% de plásticos de usar y tirar provienen de este sector. La última estrategia de esta industria ha sido la promoción de recipientes que se hacen llamar biodegradables, algo que indica que supuestamente tienen menor impacto medioambiental y que su capacidad para reciclarse es mucho mayor.

Sin embargo, esto está generando muchas dudas en la población. ¿Es verdad que se degradan? ¿Hasta que punto son menos contaminantes?

Bio – fakes: el engaño de los bio-plásticos

El estudio publicado por Amigos de la Tierra, analiza estos recipientes, desde los materiales por los que están compuestos hasta las consecuencias que pueden tener para el medio ambiente. Cabe decir que estos envases están fabricados por materiales vegetales.

La investigación llevada a cabo revela que la etiqueta utilizada para poner que son biodegradables no es del todo cierta. Estos recipientes solamente están compuestos por un 25% de origen biodegradable, es decir, de materiales sacados de plantaciones de maíz, patata, celulosa o caña de azúcar. El 75% restante está formado por polímeros industriales convencionales fabricados a base de petróleo, algo que sí contamina.

Por lo que, la mayor parte de estos briks, botellas o latas que se hacen llamar biodegradables están compuestos por más plásticos difíciles de degradar. Estos recipientes tienen una alta posibilidad de acabar contaminando los ríos, mares y bosques como hasta ahora.

La producción de los plásticos biodegradables es dañina para el entorno

Además, esto no es todo, Amigos de la Tierra añade un problema más: la forma en la que se fabrican los supuestos plásticos biodegradables.

Para conseguir ese porcentaje de plástico de origen vegetal es necesario ciertos recursos los cuales poseen una producción bastante dañina para el medio ambiente.

“La principal materia prima utilizada para la fabricación de plásticos de origen biológico se obtiene de cultivos que suponen la ocupación de suelo agrícola ejerciendo presiones adicionales en recursos limitados como el suelo y el agua, con implicaciones para la soberanía alimentaria, la justicia climática y la biodiversidad” revela la investigación.

Además, afirman que estos vegetales se producen en monocultivos intensivos con técnicas de agricultura industrial, implicando el uso abusivo de fertilizantes y pesticidas, el uso masivo de maquinaria y, en muchos casos, la utilización de cultivos transgénicos.

Los plásticos «compostables» no son lo que parecen

Por otro lado, se cita una investigación científica publicada por el Multidisciplinary Digital Publishing Institute (MDPI) que revela que la energía que se necesita para fabricar esos plásticos vegetales es mucho mayor que la que se utiliza para fabricar los plásticos convencionales de origen fósil.

Los plásticos comercializados como “compostables” sólo se biodegradan en plantas industriales. Es decir, este proceso no tendrá lugar en el medio natural de forma espontánea ni tampoco en composteras domésticas o comunitarias.

Hay plásticos que se producen a través de biomasa que pueden no ser biodegradables ni compostables y, por otro lado, plásticos de origen fósil que son biodegradables y compostables.

El origen de producción se suele ubicar en las zonas subtropicales ya que el clima resulta muy bueno para las plantaciones de patata, maíz y otros vegetales con los que se fabrican los recipientes. Es más, el 45% de los utensilios biodegradables provienen del continente asiático y la distancia media recorrida por una bandeja de plástico biodegradable que llega a Europa es de 9.950 kilómetros.

No hay diferencia entre los plásticos convencionales y los biodegradables

Tras saber que los plásticos convencionales de origen fósil acaban en el organismo de animales y seres humanos ha empezado a haber muchas investigaciones al respecto. Ahora se utilizan plásticos biodegradables para contaminar menos y resulta que no hay prácticamente ninguna diferencia con los plásticos convencionales, ya que, por lo menos en la Unión Europea, no están cubiertos por una certificación especial o distinta, lo que hace que no haya ningún tipo de diferencia en el control de toxicidad que puedan tener respecto a los polímeros clásicos.

Science Direct publicó el año pasado una investigación que revelaba que el 80% de los productos del mercado con bioplásticos están compuestos por más de mil sustancias químicas tóxicas que terminan en el cuerpo de los seres humanos o en el de los animales.

“La mayoría de los productos marcados como “bio-basados” son idénticos, en su comportamiento, a los plásticos tradicionales de origen fósil y no son más seguros para el medio ambiente, ya que el producto final es PE, PP, PET, etc. que no se biodegrada o descompone en ningún ambiente natural y puede contener aditivos y sustancias químicas tóxicas para la salud humana y el medio ambiente” revela el estudio.

«Los bioplásticos son un intento más de la industria para engañar al legislador y a la ciudadanía»

Amigos de la Tierra consideran que la nueva moda de los plásticos biodegradables son una estrategia de marketing verde de las empresas de envases y alimentación, y exige medidas para poner fin a las etiquetas engañosas en los productos ya que suponen una confusión para los consumidores.

«Son un intento más de la industria para engañar al legislador y a la ciudadanía con productos que siguen incentivando el consumo de productos desechables y que distraen la atención de las soluciones reales: reducir el consumo de plásticos y fomentar la reutilización de productos y envases«, dice María Durán, responsable de Residuos en la organización Ecologista.

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Además, Amigos de la Tierra y demás organizaciones que forman parte de la Alianza Residuo Cero reclaman que la nueva Ley de Residuos incluya un artículo que prohíba el uso del prefijo «bio» y otros términos parecidos para calificar el envasado.

No hay base para afirmar que los bio-plásticos son más seguros que los plásticos convencionales, pero en gran medida y tras muchas investigaciones se ha revelado que estos tienen las mismas o similares sustancias químicas tóxicas que los plásticos de origen fósil.

Por ello, esto causará el mismo impacto negativo a la salud y al medio ambiente.

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