Innumerables son todos los acontecimientos catastróficos que han puesto en peligro la vida de nuestra Madre Tierra, y a ello hay que sumarle todos los que pueden estar por llegar. Lo sé, es un dato amargo. Por esta razón, a continuación, se presenta una posible solución que Investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Arizona (EE.UU.) ha presentado.
La interesante propuesta se trata de un proyecto para fabricar una especie de Arca de Noé lunar donde se pueda mantener y proteger toda la diversidad de especies de la Tierra en caso de que se acerque una catástrofe global. El grupo de científicos plantea el almacenamiento de las diversas especies, desde hongos hasta animales, en un estilo de bóveda del fin del mundo para evitar los riesgos a los que nuestro ecosistema se enfrenta. La cámara, que tiene una capacidad para millones de ejemplares, estaría ubicada en nuestro satélite lunar. Es posible que las especies puedan desaparecer de la faz de la tierra y esta arca lunar es un lugar seguro. ¿Ficción? Al parecer, todo apunta a que no.
¿Qué contendría esta arca lunar?
Los expertos manifiestan que el plan está esbozado para contener una capacidad total de 6,7 millones de especies en peligro de extinción de la Tierra, entre las que 5,1 millones son hongos, 0,3 millones plantas y 1,3 millones animales. Dichas muestras de espermatozoides y óvulos serían enviadas como una ‘póliza de seguro global moderna’. De esta manera, el Arca de Noé Lunar funcionaria como una especie de almacén donde se refugien todas estas muestras frente a los posibles efectos negativos del cambio climático o cualquier otro acontecimiento que las pueda hacer desaparecer. En este contexto, el objetivo de los investigadores no es poblar nuestro satélite principal con animales y plantas, sino resguardarlas como posibles sustitutas a las especies perdidas.
«Las muestras permanecerían resguardadas de cualquier fenómeno que pudiera acabar con ellas en la Tierra»
Comunicado emitido por la Universidad de Arizona.
Por otro lado, el pronóstico señala que el banco de genes lunar, que también podría amparar muestras de semillas y esporas, construirá sus cimientos bajo la superficie lunar, utilizando los ya existentes túneles de lava huecos y fríos. Creados hace miles de millones de años e ilesos durante un periodo estimado de 3.000-4.000 millones de años. De este modo, la logística es complicada, pero no imposible, ya que el arca se construirá en una base de cuevas que nuestro satélite halló en 2013. Los científicos suponen que se conformaron durante las erupciones de la secreción de lava basáltica, por eso son conocidos como tubos de lava lunar. Al encontrarse bajo la superficie, podrían preservar las muestras de la radiación solar, de los posibles impactos de micrometeoritos y los cambios de temperatura.
“Esos túneles de lava son el lugar ideal porque tienen la suficiente profundidad – pueden llegar a los 100 metros – como para proteger el arca de las radiaciones solares, impactos de pequeños meteoritos y los bruscos cambios de temperatura”
Investigadores americanos
En este ambicioso proyecto la instalación tendría acceso a su interior mediante unos ascensores, donde una serie de módulos, interconectados entre sí, conservaría a las especies criogenizadas a una temperatura de entre -180ºC y -196ºC. Asimismo, tendrán a su disposición un laboratorio de analíticas que tome muestras de manera periódica para tener la certeza de que las muestras no sufren daños. También, en la superficie se instalarán paneles solares para suministrar energía y una antena de comunicación para mantener un contacto directo y constante con la Tierra. En caso de que sea necesario, la estructura está diseñada para que se pueda incrementar. Finalmente, el interior de cada módulo estará compuesto por estanterías en forma circular para almacenar las muestras y unos brazos robóticos, que funcionan por medio de un sistema de levitación cuántica, para que las manipulen.
Inconvenientes
Tal y como afirma el grupo de expertos, todavía son numerosos los obstáculos que hay que sobrepasar para que este plan se pueda poner en marcha. Los túneles de lava lunares todavía requieren de cierto grado de indagación, aunque la ESA ya ha anunciado un plan para estudiarlas. Para ello, se servirá de la tecnología española. Por otro lado, aunque los investigadores no han estipulado costes, sí han estimado que necesitarán unos 250 viajes a la luna trasladar al completo todas las muestras, a esto habría que sumar los costes de alojamiento y la manutención del equipo encargado de su edificación. Por tanto, la evidencia está clara, un proyecto de esta envergadura necesitaría una gran financiación y la colaboración de numerosos países, algo difícil de lograr, pero no imposible si este proyecto se agrega a los planes que ya están en funcionamiento para conquistar la Luna. Al final, que el Arca de Noé lunar se inicie es cuestión de voluntad política, ya que si quieren pueden. Sino que se lo pregunten al banco de semillas de Svalbard.
Finalmente, las condiciones de frío y vacío de los túneles de lava de la Luna podrían perjudicar a los metales utilizados para la instalación, ya que podrían someterse a un estado de congelación, a que se suelden por el frío o se atasquen.
Aún hay mucho trabajo por hacer. Eso sí, por si acaso, no estaría nada mal seguir aportando nuestro granito de arena, por pequeño que sea, para obviar situaciones como el cambio climático. Las extinciones masivas y los cambios drásticos del clima son algo sucesivo, ya que no es la primera vez que ocurren desde que se formó nuestro planeta. No lo podemos evitar. Pero, al menos, sí podemos intentar que, el día que suceda, no sea del todo por nuestros errores.