La menstruación femenina es un proceso biológico inevitable, pero lo que sí podemos evitar son los residuos que generamos. Durante la vida fértil de una mujer se producen alrededor de 300 kg de residuos no biodegradables que, además, tampoco se pueden reciclar. Las compresas y tampones tradicionales acaban en vertederos e incineradoras, con el impacto medioambiental que esto conlleva.
Durante años hemos visto cómo distintas marcas de higiene femenina emiten comerciales en televisión donde se frivoliza con la menstruación. Los anuncios presentan mujeres sin dolor menstrual, haciendo acrobacias y sangrando azul. ¿Es que alguna mujer en el mundo menstrúa de color azul?
Si al impacto ecológico y a la estigmatización que los productos de higiene femenina tradicional tienen le sumamos el desembolso económico que suponen, solo nos queda buscar una alternativa. ¿Sabías que en España los productos de higiene femenina no están considerados como un bien de primera necesidad y se tasan con un 21% de IVA?
¿Por qué son las compresas tradicionales tan contaminantes?
La composición de las compresas tradicionales es bastante ambigua, y esto no deja de sorprender pues los componentes quedan a la elección del fabricante. La legislación comunitaria no obliga a especificar qué contienen a pesar de ser un producto que está en contacto continuo con la piel.
Habitualmente las compresas tradicionales están compuestas por un núcleo absorbente de celulosa vegetal blanqueada químicamente y, normalmente, también se le añade algún tipo de SAP (polímero superabsorbente en polvo cuya función es contener el flujo convirtiéndose en gel al contacto) que es derivado del petróleo. También suelen están hechas con algodón mezclado con fibras sintéticas y plásticos adhesivos, neutralizadores del olor y color, todos derivados del petróleo.
¿Tienen algún riesgo para la salud los productos tradicionales para la higiene femenina?
La respuesta es un rotundo sí. El uso de compresas está relacionado con la irritación y escozor de los genitales. Además, muchas mujeres presentan malestar después de su uso, y es que no podemos olvidar que la piel es altamente permeable y absorbe los productos con los que se halla en contacto pasándolos al torrente sanguíneo.
Por otro lado, el uso de tampones es incluso más peligroso porque puede provocar el Síndrome del Shock Tóxico que, en el peor de los casos, puede provocar la muerte.
¿Qué alternativas hay?
Las alternativas ecológicas, económicas y que protegen tu salud son:
- Copa menstrual: tiene una vida útil de entre 5 y 10 años. Está fabricada con silicona médica hipoalergénica que no desprende ningún tóxico y su precio varía entre 15€ y 20€. Te contamos todo lo que tienes que saber para elegir copa menstrual en este vídeo.
- Compresas de tela ecológicas: son reutilizables y las puedes encontrar de tela de algodón orgánico. Están compuestas por una tela que recubre los recambios absorbentes que son lavables. Las compresas y salva slip de tela tienen una vida útil muy grande y se adhieren con corchetes. Puedes encontrar packs de 6 por 30€.