Cuidar al máximo la flora y la fauna en todos los ecosistemas es algo que deberíamos hacer todos los seres humanos que habitamos este planeta. Todos los 18 de octubre desde 1972 se celebra este Día Mundial de la Protección de la Naturaleza para concienciar a la sociedad sobre la necesidad de conservar el lugar en el que vivimos.
Según cifras del estudio realizado por parte del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), para el año 2050, habrá más de 140 millones de refugiados climáticos. El planeta se está calentando debido a la excesiva acción humana y las grandes emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que la temperatura media anual aumentará en más de 1,5ºC en los próximos años. Más de 250 mil toneladas de plástico se encuentran en los océanos.
El 42% de los invertebrados terrestres está cerca de extinguirse, al igual que el 34% de los invertebrados de agua dulce, y el 25% de los de agua salada. Las poblaciones de vertebrados terrestres disminuyeron más de un 60% en los últimos 50 años. 10 de cada 14 hábitats terrestres han minimizado su productividad y su conservación está muy deteriorada.
¿Cuál es el origen de este día?
Nos remontamos a 1972. El 16 de marzo de ese año, Juan Domingo Perón, general, político, y escritor de nacionalidad argentina, se encontraba exiliado en Madrid. Ese día pronunció las siguientes palabras, en las que alarmaba: «la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biosfera, la dilapidación de los recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobreestimación de la tecnología». Iban dirigidas al secretario general de las Naciones Unidas por aquel entonces, el austriaco Kurt Waldheim. El 18 de octubre es el día que quedó para la posteridad como referencia en esta causa.
¿Cómo puedo ayudar a cuidar la naturaleza?
Respeta las normas cuando sales de casa. No tires basura al suelo. Muchos de estos residuos terminarán en el mar. Cuando salgas al campo o a la montaña, no prendas fuego, no rompas los árboles ni las plantas, no molestes ni hagas daño a los animales. Cada espacio tiene sus normas y tienes que cumplirlas. Si te encuentras residuos en la playa, montaña, río, etc. no dudes en recogerlos y tirarlos a la basura.
Ahorra agua
Dúchate en vez de bañarte y llenar la bañera hasta arriba. Ten el grifo abierto el menor tiempo posible. Por ejemplo, cuando te lavas las manos, cierra el grifo mientras las enjabonas, y ábrelo sólo para aclararlas. Si has lavado una prenda de ropa y está goteando, puedes poner una planta debajo para aprovechar ese agua que cae. Hasta la última gota cuenta. Un grifo goteando puede malgastar alrededor de 30 litros al día. Según informa iAgua, un cuarto de la superficie de nuestro planeta está desertificada, y 1.2000.000 personas que dependen de la tierra para vivir, tienen perjudicada su subsistencia por la sequía.
Haz uso de las fuentes de energía renovables
Por ejemplo, el sol. Aprovecha su luz durante el día para no encender bombillas. Por la noche, úsalas de bajo consumo o bombillas LED. son iguales en cuanto a durabilidad y gasto de energía, pero las LED no contienen tóxicos como el mercurio. Las de bajo consumo sí, por eso son desechadas como residuo peligroso. También puedes aprovechar el calor y la energía del sol a través de las placas solares. Sustituye la calefacción por calderas de biomasa, que usan residuos forestales como el pellet, un combustible ecológico.
La regla de las 3 erres
Es fundamental: reducir, reutilizar y reciclar. Estos tres verbos indican algunas de las claves para conseguir un planeta más sostenible.
- Reduce. Consume de forma responsable, compra solamente lo que necesites. Ten en cuenta el envoltorio del producto, si es reciclable o reutilizable. También su lugar de procedencia, pues se debe evitar el excesivo gasto energético que supone el transporte. Aunque tú directamente no puedas hacer nada con el tema de logística, intenta consumir productos locales.
- Reutiliza. Esto significa darle una nueva utilidad a un producto. Evita el mítico “comprar, usar y tirar”. Antes de tirar cualquier producto o objeto, plantéate si puedes darle una segunda vida. Por ejemplo, un tarro de cristal lo puedes reutilizar para guardar comidas como la legumbre, la pasta… Cuando vayas a comprar, evita las bolsas de plástico y lleva tus bolsas reutilizables de papel o tela al supermercado, o tus embalajes de cristal para llevar el alimento a tu casa directamente ahí envasado.
- Recicla. Tira cada tipo de basura o desperdicio al contenedor que le corresponde. El contenedor azul, para cartón y papel. El verde, para vidrio. El amarillo está destinado al plástico y a envases metálicos, como latas de refrescos. El marrón es para depositar elementos biodegradables o residuos orgánicos, por ejemplo, la piel de una fruta. El gris entero o gris con tapa naranja es para los desechos no orgánicos ni reciclables, por ejemplo, una sartén rota o una juguete que ya no sirva para más. Los dispositivos electrónicos y eléctricos, electrodomésticos, etc. se depositan en puntos limpios. Son lugares de recogida habilitados para este tipo de objetos que también puede tirarse al contenedor rojo, aunque estos son menos frecuentes de ver.
Colabora en la plantación de árboles
Son productores de oxígeno, necesario para los seres vivos, también depuran el aire, favorecen la fertilidad de los suelos… Hay proyectos como es el caso del movimiento Smart Green España, que se ha propuesto plantar 47 millones de árboles en tierras españolas cada año.
Consume productos de temporada
Consume alimentos frescos y ecológicos, propios de la época del año en la que estés, pues son más sostenibles. Los productos fuera de temporada son más caros de elaborar, además que requieren un traslado más costoso y perjudicial para la naturaleza.
Utiliza el transporte público
Menos movimiento de vehículos particulares significa menos emisiones de CO2 a la atmósfera. Por ejemplo, el autobús para ir al trabajo es más sostenible que el coche propio. Si tienes la posibilidad de ir andando o en bici a los sitios, ya sería excelente. Después de caminar o usar bicicleta, el tren es la forma más sostenible de viajar.
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible
Fue adoptada por la Asamblea General de la ONU en 2015. Esta Agenda es uno de los proyectos a nivel mundial para cuidar el planeta. Entre sus 17 objetivos, se presentan 7 con el propósito de desarrollar un mundo más sostenible, y proteger los ecosistemas y los seres vivos que habitan en ellos:
- Acción por el clima: “Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos”
- Producción y consumo responsables. “Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”
- Energía asequible y no contaminante: “Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna”.
- Vida de ecosistemas terrestres: “Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras, detener la pérdida de biodiversidad”.
- Vida submarina: “Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos”.
- Ciudades y comunidades sostenibles: “Lograr que las ciudades sean más sostenibles, entre otras cosas”.
- Agua limpia y saneamiento: “Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”.
