Los microplásticos son partículas no degradables que se incorporan al ciclo del agua traspasando todos los filtros existentes. Si bien es cierto que cada vez son más los países que están prohibiendo el uso de microplásticos, (entendiéndose como micro perlas plásticas inferiores a 5 milímetros) la purpurina parece escapar de estas restricciones, y es que su uso está tan extendido que nadie se imagina la vida sin brilli-brilli, como La Vecina Rubia diría.
Las consecuencias del consumo continuado de micro plásticos para nuestra salud a largo plazo no están claras, pero los datos son aterradores. Casi un 85% de las aguas de grifo contienen micro plásticos, entre el 20% y el 50% de todos los micro plásticos se encuentran en la cuenca del mediterráneo y la purpurina ha sido la causante de varias muertes por inhalación en menores de edad.
¿De qué está hecha la purpurina?
Además de estar compuesta por plásticos PET, (Tereftalato de Polietileno) la purpurina contiene componentes metálicos muy tóxicos, entre ellos plomo, cobre, zinc, aluminio y estaño.
Celia Ojeda, responsable de campañas de Greenpeace España, explica que “estas partículas que fácilmente llegan a los océanos a través de las vías fluviales se quedan en suspensión en las primeras capas del agua, y entran en la cadena trófica porque los peces las ingieren. Muchas veces se encuentran micro plásticos en los estómagos de los peces e incluso en sus larvas. Los peces se están desarrollando con los micro plásticos”.
Estos microplásticos tienen también la capacidad de absorber y acumular contaminantes en su superficie. Son muy peligrosos por la propiedad que tiene el plástico para atraer compuestos químicos que se acaban adhiriendo a él y que luego libera en el entorno o en los organismos en los que se infiltran.
Alternativas zero waste a la purpurina convencional
La solución no pasa por el reciclaje puesto que en el caso de los micro plásticos esta opción es inviable. Cabe recordar también que de todos los plásticos que se reciclan tan solo un 30% son reutilizados, un 40% acaba en vertederos y el 30% restante son incinerados, por lo que seguramente la solución nunca pase por el reciclaje, pero este es otro tema.
Con el paso del tiempo nos concienciamos más por cuidar el entorno en el que vivimos y, aunque las purpurinas eco llevan varios años en el mercado, es ahora cuando están en boca de todos. Bioglitter fue la marca pionera y patentó este tipo de purpurina hace ya 40 años.
La purpurina eco está fabricada con pigmentos vegetales ecológicos, y las técnicas para obtenerla son variadas. En la empresa EcoStardust explican que recurren a la celulosa como materia prima, principalmente de árboles de eucalipto sostenibles que no han sido modificados genéticamente. En BioGlitz, el proceso de elaboración pasa por transformar la celulosa en plástico de origen vegetal, que se cubre con 0,1% de aluminio y pigmentos cosméticos.