La mayoría de veces que vemos un challenge en internet, son retos meramente orientados al entretenimiento, a la diversión, en muchos casos sin más objetivo que pasar un buen rato. En otros casos, los fines benéficos están detrás de la viralidad de los mismos. Es lo vimos con el famoso reto de los cubos de hielo que daba visibilidad a la lucha contra el ELA. El ice bucket challenge cuenta, solo en Instagram, como más de 700.000 publicaciones en parte, por el apoyo masivo de famosos y caras conocidas que se sumaron a la causa.
Y en las últimas semanas hemos visto cómo crece el trashtag challenge, la iniciativa que fomenta el cuidado del medio ambiente a través de un simple gesto como es limpiar de residuos nuestro entorno.
Se trata de un reto en el que las personas que aceptan el reto, se encargan de localizar un espacio sucio de basura humana, bien sea una playa, una pradera u otro espacio natural. La iniciativa busca que los participantes publiquen una foto del antes y el después de recoger los residuos, de tal manera que se haga visible el papel del ser humano en una y otra acción, responsabilizándonos del daño que estamos haciendo al medio ambiente y cómo ello influye directamente en nuestra salud.
¿Cómo surgió el trashtag challenge?
La iniciativa nació de la mano del joven guatemalteco Byron Roman y se hizo viral a través del foro de Reddit. Cansado de ver la cantidad de basura que había en una zona, decidió hacer algo para cambiarlo. Y lo consiguió.
Con su ejemplo, ha inspirado a miles de personas en todo el mundo. A través de sus fotos, Roman quiso hacer un llamamiento a todas personas -en especial a los jóvenes que se pasan los días en sus casas sin hacer nada- para que como él, trabajasen por el medio ambiente. Muchos colegios y grupos de amigos han visto en este reto, una oportunidad de educar a los más pequeños y familias enteras en ‘valores verdes’.
Quizás pensemos que son problemas que nos pillan muy lejos, sin embargo en casi todos lugares existe este problema. De hecho, no solo es un tema estético: el entorno y las especies que habitan en él, están en peligro.
La gran mayoría de esta basura es el siempre problemático plástico. Principalmente el plástico de un solo uso que ha llevado a contaminar áreas verdes por botellas de agua, refrescos y envoltorios de forma masiva. Envases que tardan cientos de años en desintegrarse y lo hacen convirtiéndose en microplásticos que acaban en el cuerpo humano a través del pescado que ingerimos.
A eso se unen las cada vez más frecuentes imágenes de playas y fondos marinos llenas de plásticos, que se han convertido – por desgracia- en un hecho cotidiano. Se estima que en torno a 8 millones de toneladas de estos residuos plásticos acaban los océanos cada año. Si contribuimos a reparar el daño generado, al menos no contribuiremos a seguir con esta barbarie.
¿Te unes al reto de limpiar el planeta?
