Desplazarse en automóvil, comprar envases de plástico o hacer una barbacoa con tus amigos en el campo son algunas de las prácticas que impactan la naturaleza y hacen que se coma el planeta a pasos agigantados. La sociedad consume más recursos y produce más residuos que la biocapacidad del planeta de digerirlos. De este modo, el consumo determina el tipo de ambiente social en que la comunidad se mueve.
Cada vez tenemos más conciencia acerca de la sostenibilidad del entorno natural y, muchas veces, los seres humanos no disponen de la información necesaria como para hacer más cosas y ahondar en las técnicas que pueden llevar al aumento de esta.
Es por eso por lo que debemos actuar mediante unos criterios medioambientales, sociales y económicos. Es cierto que, a veces, resulta complicado obtener productos que contenga todos esos puntos positivos, pero se pueden elegir los que sean menos dañinos.
Los productos que consumimos o las actividades que realizamos diariamente dejan un enorme efecto en el planeta. ¿Te has preguntado en algún momento de tu vida qué tamaño tiene tu huella ecológica?
A continuación, te contamos qué es, cómo se puede medir y planteamos una serie de sugerencias para solventarla. Recuerda: la misión debe ser reducirla.
¿Qué es la huella ecológica?
En los años 90, William Rees, profesor de la Universidad de Columbia Británica de Vancouver (Canadá), y su alumno, Mathis Wackernagel, acuñaron el término de la huella ecológica:
“Es la superficie correspondiente de tierra de cultivo y de ecosistemas acuáticos necesarios para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población determinada, con un nivel específico de vida material, independientemente del lugar donde se encuentre”.
Rees y Wackernagel
La huella ecológica, también conocida mochila ecológica, se define como un indicador ambiental que permite medir el impacto que tienen los hábitos y costumbres de la comunidad humana en el medio ambiente; de este modo, podemos establecer si una actividad es sostenible o no. Mide la superficie que necesitamos para producir y estima los desechos que esa actividad ocasiona.
En la actualidad, según la organización Global Footprint Network, la huella ecológica ha experimentado una reducción del 9,3% de la en comparación con el mismo período del año pasado. Los expertos señalan que es una consecuencia directa debido a la pandemia del COVID-19. No obstante, la sociedad consume una porción de recursos naturales semejante a 1.6 tierras. Por lo tanto, hay que reducir de forma urgente la forma en la que se produce y se consume en todos los sectores de la sociedad. “Este año más que nunca, en el Día del Sobregiro Ecológico de la Tierra, destaca la necesidad de implementar estrategias que aumenten la resiliencia para todos”, notificó Laurel Hanscom, CEO de Global Footprint Network.
¿Cómo calcular la huella ecológica?
Hoy en día, todas las fases generan una huella, y es difícil saber cuál es la nuestra, a veces, resulta casi imposible conocerla; sin embargo, existen una serie de herramientas para conocer nuestra huella de carbono. La más conocida, es la calculadora que ofrece la ONU que la calcula teniendo en cuenta los aspectos más básicos del hogar.
La medición de la huella ecológica implica calcular elementos como: el crecimiento de la población, la pérdida de fertilidad en el suelo, la deforestación, el agotamiento de recursos, el consumo la energía y el agua consumidas en el hogar, los residuos generados y la utilización del transporte personal privado.
Teniendo en cuenta los anteriores aspectos, para calcular la huella ecológica se deberán seguir tres pasos:
- Definir la dimensión del estudio: determinar el alcance del cálculo: población, ciudad, país, etc.
- Calcular los consumos: energía, alimentos, suelo y materias primas.
- Suma de las superficies y la división del resultado entre el número de habitantes de la unidad estudiada.
Por otro lado, los patrones de cálculo que se llevan a cabo se basan en la evaluación del terreno necesaria para saciar los consumos, relacionados con la alimentación, los productos forestales, el gasto energético o la ocupación directa del terreno.
La utilización de recursos y la emisión de desechos se expresan en hectáreas globales (hag) por habitante y año, que se alcanzan a través del cálculo de la cantidad de terreno biológicamente productivo necesario para suministrar esos servicios.
Se puede medir a diferentes niveles: individual o grupal, nacional o regional. Mediante esa medida se evalúa el consumo de los recursos y se comprueba si es sostenible o no y su biocapacidad. Si la demanda humana supera la regeneración de la naturaleza, la huella ecológica presentará un exceso en la utilización de los recursos naturales.
Además de la huella ecológica, se pueden encontrar otros tipos de huellas: la hídrica, la de carbono y la de materiales, que sirven para calcular el consumo de agua, las emisiones de gases de efecto invernadero y, por último, la cantidad de materiales que participan en todas las fases de producción.
Importancia de la huella ecológica
La huella ecológica estudia la sustentabilidad de manera comprensible, fácil y elemental; además, emplea datos científicos fiables para que la sociedad en general calcule y exponga el uso que emplea de los recursos naturales en todos los ámbitos: ambiental, de seguridad y económico.
La importancia de la huella ecológica reside en su interés para considerar la conciencia de la sociedad para contraer una actitud consecuente con el medio ambiente, en función de las acciones y hábitos de consumo que lleva a cabo. Por lo tanto, no cabe duda de que el ser humano es importante para que la huella ecológica sea mínima, pero reducirla no depende solo de uno mismo, sino también del colectivo.
Ideas para reducir tu huella ecológica con pequeños cambios
Para disminuir la huella ecológica es importante tener en cuenta los ámbitos sostenibles de la vivienda, alimentación, transporte y ahorro energético. Observa las recomendaciones que compartimos para conseguirlo. Todas las medidas que aparecen a continuación pueden aplicarse al resto de huellas debido a su conexión.
Ámbito General
- Ser consciente. Todo acto tiene consecuencias
- Comprar con moderación. Valora si lo que vas a comprar es estrictamente necesario o no
Vivienda
- Emplea bombillas y electrodomésticos de bajo consumo para ahorrar energía
- Construcción de paredes y techos aislantes
- Instalación de ventanas de doble cristal
- Recicla y reutiliza todo lo que puedas
Transporte
- Uso del transporte público
- No conducir vehículos que contaminen
- En caso de utilizar un vehículo personal intenta compartirlo con más gente
- Caminar o usar la bicicleta en la ciudad
Ahorro energético
- Cuando utilices la calefacción, mantén el termostato lo más bajo posible
- Reducir el uso del aire acondicionado
- Evita dejar dispositivos en stand-by
- Desenchufar los aparatos electrónicos y las regletas cuando no estén en uso
- Seca la ropa al sol
- Evitar los productos de un solo uso
- Disminuir el consumo de agua
- Evita el consumo de envases de plástico
- Lava la ropa en frío
Alimentación
- Comprar alimentos locales y de temporada
- Consume alimentos ecológicos
- Reducir el consumo de carne
- Evitar productos con aceite de palma y alimentos procesados
En definitiva, las personas son las únicas causantes de que el planeta se aproxime hacia un futuro sostenible. Por ello, la reducción de la huella ecológica tiene que ser la preferencia de la humanidad.